Cuando alguno pierde su identidad para gustar o satisfacer al otro.
Algunas rupturas de pareja se producen porque uno de los miembros de la pareja no está a la altura de lo que el otro está buscando. El problema no es que esta persona no está a la altura. Es cómo es y no podemos hacer nada, cada uno tiene su forma de ser.
Generalmente esta problemática se produce porque uno de los miembros de la pareja tiene un perfil imaginario preconcebido de antemano el cuál debe encontrar y seguir a pies juntillas. Con lo cual, cuando la persona elegida no cumple el perfil, deja de interesar y se busca a otra.
A menudo este perfil que se busca es un modelo de la pareja de los padres o todo lo contrario, no se parece en nada a la relación de sus padres. Así, cuando una pareja empieza a salir y uno le pide al otro que cumpla unas características muy concretas que él cree que son las más adecuadas, la otra parte de la pareja se encuentra en un callejón sin salida.
No puede dejar su identidad para gustar a la otra persona y si lo hace habrá cometido un error del cual se arrepentirá.
Los trastornos que ocasionan este tipo de relaciones se enumeran a continuación:
- Pérdida de la autoestima y de la confianza (si la pareja sucumbe a lo que el otro espera de él).
- Discusiones continuas y presión emocional (se está esperando continuamente la recriminación por no haber hecho esto o lo otro).
- Ansiedad por no conseguir que la pareja funcione (por parte del cónyuge que impone su ley).
- Imposibilidad de conseguir el modelo propuesto e insistencia por conseguirlo (insatisfacción porque las cosas no salen como yo quiero).
¿Dónde queda el amor y el valor que le doy a mi pareja?
Si se parece a mi padre le quiero, sino no.
Nunca tiro la toalla porque esta relación va a ser la definitiva: genera cansancio y una lucha con un solo guerrero (vos mismo). Además la batalla está perdida de antemano. Mi pareja es como es y tendrá que aceptarla si realmente la quiero, no podrá moldearla a mi manera.
Afán obsesivo por buscar en mi pareja algún rasgo que le identifique con el padre o madre al cual no quiero que se parezca. A la pareja le resulta ofensivo esta inquisición en la que se haya inmerso y cortará la relación tarde o temprano.
En este tipo de parejas existe una guerra continua entre un luchador que quiere conseguir un objetivo, (una pareja perfecta) y un vencido que nunca conseguirá estar a la altura. Se suelen mantener durante mucho tiempo porque en los periodos en los que no hay conflictos se entienden bastante bien y se demuestran cariño y amor.
Es tanto el tiempo dedicado a los conflictos y a que mi pareja llegue al listón que le he puesto que no puedo tirar la toalla ahora, con todo lo que llevo conseguido. Con lo cual estas parejas perduran en el tiempo a pesar de sus conflictos, se resisten a cortar.
Sexo sin amor, pareja, novios
La persona que intenta imponer su perfil ideal al otro es el que más lucha y el que más tiene que perder. Cuando la relación se rompe van a aparecer en esta persona sentimientos de culpabilidad por haber querido cambiar al otro y sensación de pérdida de tiempo, puesto que cada uno es como es, ganar una batalla no es ganar la guerra con lo cual cada día tendrá batallas que librar y la guerra nunca terminará a no ser que termine con la relación.
Razonamientos a tener en cuenta para este tipo de problema
Un miembro de la pareja no debe ser como su madre o padre y su pareja tampoco, con lo cual es imposible que una relación funcione igual que la otra, además son distintos momentos y distintas épocas, las circunstancias nunca se repiten, con lo cual se habría perdido de antemano si se pretendiera conseguir lo mismo que tienen los padres. Podrá ser parecido o similar , pero nunca uno es igual al otro.
En una relación de pareja se estaría luchando sólo ya que la pareja se dedicará a recibir las embestidas y a hacerle razonar pero no luchar juntos, si esto llegara a suceder habrá caído en la trampa y entonces se habrá perdido, la relación se romperá tarde o temprano, no se puede hacer que una persona pierda su propia identidad para gustarle al otro.
Cuando entra en juego la lectura de pensamiento y las adivinaciones.
Se llega a creer que se sabe lo que el otro está pensando porque hace lo que el padre hizo en una ocasión, por ejemplo. Esto lo que ocasiona son malos entendidos, nunca se sabe lo que piensa la pareja y si se actúa en base a eso, solo llegará a confundir. No se debe adivinar, se debe preguntar.
No se debe buscar un ideal de pareja preconcebido por algún fantasma, será muy difícil de encontrar, por no decir imposible. Cuando inicia una relación de pareja se debe intentar ser coherente y razonable, valorar las virtudes de la persona y sus defectos. Después se decide si le compensa o no, siempre desde la racionalidad y no desde el fantasma.
Si algún aspecto de la pareja no llegara a gustar, se intenta buscar el porqué: ¿Se parecerá a aquello que tanto fastidiaba de su padre o madre?, no se debe preocupar en exceso, tal vez ya eso no sea un problema porque se sabe llevar de otra forma y siempre esta la opción de hablar y discutir llegando a soluciones.
Se debe disfrutar de una nueva pareja sin limitaciones y sin anticipar consecuencias negativas en un futuro, en las relaciones las cosas fluyen por su propio peso y se van solucionando los problemas sobre la marcha.
Si se piensa en problemas antes que lleguen, solo se estarán creando de forma anticipada.